Cuenta atrás acabada. Comenzamos con una nueva década, la
década de los veinte.
Dejo atrás el numero uno que ayer me dejó sola en el camino,
pero no me preocupo, porque estoy segura de que el número dos no se quedará
corto.
Mis 19 años han sido especiales, no puedo tener queja la
verdad. Como a todo el mundo, me han pasado cosas que nunca se olvidarán y que
se quedarán en el recuerdo, eso sí, no volveré a repetirlas jamás. Aún recuerdo
aquel 19 cumpleaños como si fuera ayer, y es verdad, qué rápido ha pasado este
año. Lo que me llena de satisfacción es que la gente que me rodea no ha
cambiado, y si lo ha hecho, ha sido para mejor. Amistades, miradas, gestos,
palabras y susurros de diversas vidas totalmente opuestas que se cruzan en el
camino, pero que coinciden en un mismo instante. Felicidad y agradecimiento,
esas son las palabras que tengo hacia vosotros.
Aunque lo esté pintando todo muy bonito, no podía ser menos,
esos 19 años han traído momentos incómodos, ácidos, complicados y algo tristes.
Pero lo importante es que ya han pasado y me enorgullece saber que he podido
afrontarlos de la mejor manera posible y alrededor de mi gente, apoyándome en
todo momento (aunque de vez en cuando me encabezone en que estoy sola).
Seguramente sigan habiendo más momentos amargos, pero espero llevarlos aún
mejor.
Sorpresas y no sorpresas. Aunque celebres tu cumpleaños un
día antes o quizás dos, lo tienes presente como si fuera ese mismo. Intentas
aprovechar cada instante al máximo, sacarle la máxima partida y sin duda, con
la mejor compañía que se pueda tener, y esa la tengo yo. Regalos que sorprenden
y otros que no tanto (siempre sabes que algo va a caer seguro), pero a pesar de
eso, las palabras de agradecimiento se quedan cortas.
Muchas veces me pongo a pensar que sería de mi vida sin esas
personas, y la respuesta se queda en el intento. Posiblemente conocería a otras
nuevas, pero no me importaría quedarme sola si las personas que conociera no
son iguales a las que tengo ahora, es decir, sería imposible sustituirlos. Cada
uno tiene algo que no se puede cambiar, un detalle, una palabra o simplemente
con una mirada te entiendes y eso es lo que a cada uno los hace especial. Supongo que el que lo lea se dará por
aludido, asique no hace falta mencionar a nadie.
Hace muchos años conocí a una persona, he llegado a perder
la cuenta de cuánto hace, pero me gustaría tenerla siempre hasta que algo o
alguien me quite la vida, y espero que mi ilusión siga conmigo, y ella también.
Simplemente me comprende, que no es poco.
La gente que me rodea sabe como soy, tendré defectos (y
muchos) pero creo que en el fondo, me tienen cariño, igual que yo a ellos. A
toda esa gente quiero agradecerle que me acompañen en el día a día, que sepan
tratarme y que de vez en cuando me ajusten las cuarenta, que me lo merezco.
Quiero saber que un trocito de vuestro corazón me pertenece, al igual que a
vosotros os pertenece un trocito del mío.
Y la distancia a veces pesa demasiado. Nadie llegará a
entenderlo si no lo ha vivido en sus propias carnes, pero la verdad es que en
parte os lo recomiendo y en parte no. Aparecen en ti sensaciones nuevas que nunca antes habías
experimentado, que te hacen más mayor, más madura y más sensible. Momentos en
los que necesitas tener cerca a gente y no la tienes, es un poco desagradable,
aunque es cierto que cuando los ves, los pillas con más ganas, pero el mal
trago no te lo ha quitado nadie.
Bueno, para ir acabando esto, os lo digo de nuevo, GRACIAS.
Ojalá esta nueva década abra nuevos caminos en mi vida,
quizás con nuevas personas y con las ya presentes, con nuevos momentos buenos,
malos y no tan malos, que me hagan mejor persona y si dios quiere, habré
llegado a esa meta por la que siempre he soñado.
13 y 17, qué bien suenan: mis números de la suerte. Y tú 20,
quiero que sea el siguiente.
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