Esos 2 meses y medio que veías en
un principio como inalcanzables, ya están rozando su fin. Qué curiosa es la
velocidad que alcanza el paso del tiempo cuando menos lo deseamos.
Si escojo
una palabra que defina este verano, sería “ambiguo”.
Estar esperando
el paso veloz de meses para que llegara ese momento de reencontrarte con ellos,
dedicarle todo el tiempo que desees sin ninguna preocupación, disfrutar de su
compañía y cariño… para esto. Y llegan las malas noticias ¿Qué? Tan solo te
queda esperar. Tener esperanza en lo que quedaría por venir y confiar en el
destino. Sí, el destino…esa palabra que a veces nos da tanto miedo por la
incertidumbre que crea en nuestro interior, pero a pesar de ello, pongo la mano
en el fuego por él.
Por el
contrario, el mal sabor de boca que has tenido durante días, o quizás semanas,
hace que cuando llega algo bueno, lo saborees mejor aún. Que exprimas al máximo
cada segundo de placer que estás percibiendo y que nada ni nadie, te lo
convierta en amargo.
Pasan los días
y llega el momento de concienciarse y sacar adelante cosas, que previamente,
por “x” motivos, se torcieron y no salieron como deseábamos. Pero todos sabemos
que tarde o temprano, recogeremos aquello que hemos sembrado, y hay que
mantener la compostura. No sirve de nada perder las formas, indignarse y tirar
todo por la borda. Lo único que te tranquiliza un poco es que estás haciendo
todo lo que puedes, no puedes dar más de ti y si das, no va a servir de nada.
Y recoges
tus frutos, lloras de felicidad y abrazas a la vida.
Disfrutas de
la compañía de la gente que te rodea, conoces de un modo más profundo a
personas que merecen la pena mucho más de lo que imaginabas, eso sí, intentando
siempre sonreír y si aparece alguna mueca o palabra de tristeza, las compartes
con ellos. Despéjate, serena el ambiente lo máximo posible y respira. Respira
fuerte y despacio. Recuerda que estás de “vacaciones”, aunque sean un tanto
“distintas” a las demás.
Momentos de
reencuentros y momentos de despedidas.
Y sí, puedo decir y asegurar que
quizás este verano no ha sido todo lo especial y único que esperaba, pero me ha
ayudado a darme cuenta de algunas cosas y crecer aun más como persona.
Hasta el
año que viene.
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