Recuerdo
perfectamente como le daba paso al año 2012, y como ha pasado el tiempo tan
rápidamente que ya le he despedido y le he dicho un “hasta nunca”. Me alegro de
lo fugaz y veloz que ha sido, que haya sido un visto y no visto aunque para que
mentirnos, ha habido momentos que se me han hecho eternos y que no pasaban ni a
la de 3.
Le
di la bienvenida al 2012 como nunca pensé que se la daría, en la famosa Puerta
del Sol de Madrid, rodeada de miles de personas con la misma ilusión que yo y
con gente a la que no cambiarías por nadie. Esa noche hice promesas (como todo
el mundo) para el año que entraba, ilusiones y deseos que se quedarían en el
intento y muchos abrazos y besos por dar. Pero no todo era tan alegre, debo de
confesar que en el fondo estaba triste porque era la primera Nochevieja separada
de mi familia y sin tomarme las uvas con ellos. Sí, parece infantil y quizás no
lo apreciemos, pero cuando estás a ciertos kilómetros de ellos se echa mucho de
menos.
Realmente
estoy aquí para plasmar lo que pienso sobre este nuevo año que acaba de
comenzar y que nos va a acompañar durante 365 días. No le he dado paso a este
2013 como se lo di el año pasado o como se lo merecía: se lo di en pijama (a
causa de un gripazo de mucho cuidao) y con un careto que menos mal que no me lo
visteis, pero eso sí, rodeada de mi familia y hacedme caso, ha sido la vez que
más lo he apreciado en mis 21 años (después de la experiencia del año
anterior). No salí de fiesta como hizo el resto de España, ni me puse borracha,
ni tengo fotos con amigos super mona de la muerte, ni tuve resaca…a las 2 de la
mañana ya estaba acostada y soñando con dios sabe qué…pero no me arrepiento de
no haber salido, quedan muchas “nochesviejas” por delante y mucho por vivir
aún.
Quiero
que este 2013 de un giro de 180 grados con respecto al año anterior y quiero
que se centre en mí y en la gente que verdaderamente me aporta cosas buenas en
esta vida. No quiero pensamientos, percepciones ni emociones negativas que creen
inseguridad, desconfianza o indecisión en mi persona, sino momentos gratos,
interesantes, satisfactorios y atrayentes. Quiero decidir, tomar buenas
decisiones y ser yo misma en todo momento. Guiarme por mi instinto que hasta
ahora nunca me ha fallado, elegir el camino idóneo para salir airosa de cada
problema u obstáculo que se me presente, apoyándome en aquellos que necesite y
que sé que siempre van a estar ahí para lo que sea, y con esto me refiero a los
amigos y familia, no necesito nadie más.
No
voy a cerrarme ante nada, voy a estar abierta a conocer y relacionarme con personas nuevas y mundo,
porque estoy segura que hay gente muy interesante repartida por los distintos
rincones de este planeta que debo conocer.
Quiero
ayudar, apoyar y proteger a todo aquel que lo necesite, a quien pida mi ayuda y
a quien no; a colaborar en todo lo que esté en mi mano y a poner todo el empeño
y más por hacer aquellas cosas que me hacen sentir bien.
Quiero
dar pasos hacia delante y nunca más hacia atrás, porque está visto y comprobado
que mirar hacia atrás para reflexionar sobre cosas que no te aportan nada, es tontería.
Pensar en cosas innecesarias, inútiles e insignificantes se lo dejo a aquel que
no tenga nada que hacer, que no es mi caso.
No
quiero lágrimas, ni miedos. Quiero esa fuerza, energía y esfuerzo que siempre
me ha caracterizado y este 2013 no va a ser menos. Recuerda: que nada ni nadie
pueda contigo.
Creo
tan solo le debo dar las gracias al 2012 por aquellas personas que he conocido
y que quiero que continúen a mi lado. El resto de cosas, mejor olvidarlas.
Simplemente,
junto al 17, el 13 es mi número favorito, me aporta sensaciones gratas y hasta
ahora me ha acompañado y estoy segura de que este año voy a darlo todo y más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario