16 feb 2013

Recuerdos.


Recuerdos, esas “cosas” que se nos pasan por la cabeza en infinidad de ocasiones y que no podemos ocultarlos a nadie, ni a nosotros mismos. Ahora lo vemos como algo lejano, apartado y distante, pero en su momento fueron realidades que no queríamos que pusieran fin, atractivas y atrayentes, de las cuales deseábamos permanecer siempre a su lado, agarrados de la mano por siempre jamás.

Pasan rápido y a la vez lento, te sacan ingenuas sonrisas y a la vez lágrimas de desilusión y melancolía. Imágenes consecutivas, flashes imprecisos distorsionados en el tiempo.

En días señalados lo que más deseas es no pensar en ellos, quizás porque saquen ese lado oscuro de ti que odias que salga a la luz para que nadie lo conozca.

Aunque sean recuerdos un tanto duros, debo darle las gracias. Son experiencias vividas que te han enseñado a afrontar y elegir el camino más correcto para lo que te queda por vivir aún, para tu propio e intransferible FUTURO.

La frase popular “El ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra” siempre creó en mí desconfianza, pero ahora debo reconocer que entiendo plenamente su significado. Nuestro crecimiento profesional y personal no es más que el resultado de cometer errores, equivocarnos y fallar sin más. A su vez intentamos corregir, rectificar y evitar que se vuelva a repetir, pero en ocasiones es imposible no tropezar y caernos en la misma trampa que nos pone la vida en el camino. Los recuerdos pueden formar parte de esos errores, pero ya no hay vuelta atrás, sino pisotearlos con toda la fuerza posible y gritar al mundo que los hemos derrotado y hemos salido airosos y triunfantes de ellos.

Cuando te plantas en un día señalado (cada uno tendremos los nuestros) se te hace utópico no pensar y mantener la mente en blanco todo el día, pero intentas con toda tu fuerza de voluntad que, si por tu mente se pasan ciertos recuerdos, sean aquellos en los que participan personas que siguen a tu lado, que te aportan todo aquello que necesitas y que tienes constancia de que nunca van a fallarte.